Libro fotográfico

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Museo Nacional de Antropología de El Salvador

Brasil, una opción realista para el desarrollo.



              
Lula, amigo de El Salvador.
   
Los países pobres seguimos pegados a la línea gruesa que nos separa de aquellas naciones que han logrado niveles de desarrollo económico y humano sustentables. Sigue siendo esa nuestra búsqueda. Cualquier otro argumento, o incluso, discurso aplicado a nuestro caso, no deja de ser eso, discurso. Llevamos casi veinte años de haber terminado con la guerra civil pero no hemos afectado drásticamente las causas que la ocasionaron.

Acercarnos a aquellos pueblos y gobiernos de quienes podamos aprender a luchar con eficacia para resolver nuestros problemas de pobreza e injusticia social propia del mundo moderno, debe ser un eje de nuestras acciones.

En las dirigencias de izquierda se manifiesta un enfrentamiento que describe esas intenciones, algunas veces tímido, pero en definitiva expresa las diversas visiones que hay de cara a las relaciones internacionales. El nombre del coronel Hugo Chávez ha sido sustancialmente polémico, dado su arraigo a un modelo que parece sustentarse en un enorme recurso petrolero pero que adolece de deficiencias organizativas y por consiguiente de orientación. El déficit alimentario y energético que padece Venezuela debe llamar nuestra atención. Si ese país es una potencia exportadora de petróleo y tiene problemas para dar de comer a su gente y abastecer su industria y sociedad con energía eléctrica es porque en el aparato administrativo hay algo que no está funcionando bien. Observarlo no debería ser una actitud de la derecha, ante todo debe ser un interés de la izquierda.

En otra oportunidad nos ocuparemos detalladamente sobre Venezuela, por ahora únicamente está señalado como un tema que ha significado tensión dentro de la izquierda (en la derecha también, pero no es por ahora tema que nos interese), especialmente en el ámbito de la retórica. 

La ligereza con la que se asumen los temas que conciernen a la visión socialista dificulta la marcha hacia los temas más actuales y específicos. En la capacidad para guardar el equilibrio entre la visión y la realidad concreta está la enorme posibilidad de la propuesta del gobierno salvadoreño. 

Luis Inácio Lula Da Silva ha estado en Cuba, México y Haití, antes de arribar a El Salvador. Estas visitas rodearon la Cumbre de Cancún del Grupo de Río donde se encontraron los países de América Latina. Viajes de aproximación, para unos, y consolidación para otros en el nuevo orden mundial.

    El título del artículo alude a nosotros, por un lado a los que están en el gobierno, a los que no están ahí pero precisan identificarse con la izquierda. Nos compete a todos y todas porque expresa los horizontes que nos promete el mundo para salir de nuestras miserias.


    Lula puede hablar de tú a tú con Obama, Raúl Castro, Felipe Calderon, Cristina Fernández, Hu Jintao, con la Comunidad Económica Europea. Nosotros no.

    Mucho de lo que se dé en la política de relaciones internacionales definirá no sólo la visión y personalidad del gobierno salvadoreño sino las posibilidades de tener beneficios a largo plazo para el desarrollo de El Salvador. Es preciso anticipar algunos detalles relacionados con la situación política y económica. 

    El rápido crecimiento de la economía brasileña la ha colocado en línea con las más fuertes dentro de las consideradas emergentes. La fortaleza de sus instituciones y la consolidación de la democracia están emparejadas. Se piensa, con razones fundadas, que Brasil puede llegar a superar incluso la economía de Estados Unidos y la de la Comunidad Económica Europea. América tiene un rostro que anticipa las ventajas para los más pobres. Observar con detenimiento este fenómeno puede hacer la diferencia al momento de optar.

    El grupo conocido como BRIC (Brasil, Rusia, India y China) representa enormes territorios y recursos naturales, potenciales energéticos, cientos de millones de seres humanos, organizaciones políticas, sistemas financieros que quebraron el monopolio del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. El futuro de las nuevas relaciones internacionales será definido por ese nuevo orden.

     Para muchos uno de los mayores logros de los procesos económicos en los que se vio involucrado Lula fue el haber superado el alto porcentaje de trabajo relacionado con la llamada economía informal, que representa casi el sesenta por ciento del mercado laboral en el continente. El aumento de la economía informal explica el nivel de desempleo de nuestras sociedades. Es el indicador del subdesarrollo, atraso, en todo caso, graves problemas sociales.

    El crecimiento de las inmobiliarias y de la industria petroquímica ha permitido un solvente mercado de inversiones. El mundial de fútbol de 2014 y la olimpiadas de 2016, cuya sede será Brasil han hecho de ese país en un líder mundial. El deporte universal, como sabemos, es un fuerte estímulo de las economías. Brasil no necesita demostrar que tiene el mejor fútbol del mundo ni la mejor samba. Nuestra esperanza es que América comience a dar su rostro a través de la cooperación con los países más pobres.

    Las economías de nuestro continente no han podido revertir el avance del desempleo. Brasil creó en 2009 casi un millón de empleos. Terminó ese año con un crecimiento del 0,4 por ciento mientras muchas economías fueron de saldos negativos.

    Los logros alcanzados responden a las condiciones propias de Brasil, a su historia, a su gente, pero es indudable que el liderazgo de Luis Inácio Lula Da Silva ha tenido un peso decisivo.

    2010 promete ser un año récord para el crecimiento de la economía brasileña, sólo en enero se crearon 181 mil nuevos empleos y los analistas consideran que el crecimiento de la economía será de un 5 por ciento o más para este año.

    El territorio, los recursos naturales, el potencial industrial y financiero son fundamentales para alcanzar el desarrollo, pero no debemos perder de vista que el sistema político, el liderazgo partidario y personal son decisivos. Hay en el mundo muchos países con recursos que no han sabido aprovechar sus ventajas.

    Las políticas implementadas a nivel de Estado, incluso las plenas garantías de inversiones extranjeras fueron utilizadas para luchar contra la pobreza. Ese modelo político demostró que la mejor forma de luchar a favor de las mayorías históricamente marginadas es la calidad de acciones que se encaminen a ese objetivo, más que la retórica.

    La política, insistimos, es vital, es la forma cómo se administra lo que se tiene para encausarse al desarrollo humano. La Universidad de Sao Paulo es considerada la mejor de América Latina. Esto debe ser tomado en cuenta porque no hay desarrollo humano sustentable sin calidad y eficiencia en la educación.

    Lula deja a Brasil con 20 millones menos de miserables, que son el equivalente al diez por ciento de la población. Además, el programa Beca de Familia, que contribuye con ayuda médica y educativa para trece millones de familias es considerado el programa de transferencia de renta más grande del mundo.

    El periodo presidencial de Lula está por terminar. El domingo 3 de octubre de 2010 serán las elecciones presidenciales de Brasil. Dadas las condiciones creadas es muy difícil que se pueda modificar radicalmente el destino que lleva el país, pero los candidatos tienen sus propias apuestas en temas como el sistema cambiario. La candidata  de Lula, Dilma Rousseff, está detrás del opositor José Serra, según las encuestas. Pero eso no modifica el futuro prometedor de esa gran nación. Lo que no debemos perder de vista es que Lula es ya un Líder de Brasil y del mundo, un título que no pierde con salir de la presidencia.

    Consideramos atinados los nexos que el presidente Mauricio Funes está consolidando con Brasil. No se trata solo de lo material, es la experiencia, el trabajo organizado, el rol de su líder, la visión de futuro.

    Las acciones determinan lo que muchas veces no se dice. Creemos que esta primera visita de un jefe de Estado a El Salvador, durante el primer año de un gobierno de izquierda, es representativa, es a la vez, la respuesta a la que hiciera Mauricio Funes a Lula meses anteriores.

    Según se ha informado, los acuerdos específicos relacionados con la cooperación ya han sido tomados y detallados con anterioridad. 500 millones de dólares en préstamos para fortalecer el sistema de transporte y otros proyectos sociales. El encuentro es una manera de formalizar los avances en materia de desarrollo humano.

    La izquierda debe responder a las grandes interrogantes de la gente que votó por ver que El Salvador cambie y genere oportunidades progresivas para los históricamente marginados y el resto de la sociedad. El ojo debe estar puesto donde ese desarrollo esté demostrado con acciones concretas y con abundancia de perspectivas.



    Nosotros, los salvadoreños, habitantes de un territorio pequeño, pobre, débil, angustiado por la violencia generalizada, quebrado en el campo de la educación y las políticas de apoyo a la juventud, debemos hermanarnos con aquellos pueblos y gobiernos que han demostrado que sí se puede cambiar, como Brasil.

    La capacidad para administrar esas relaciones con el resto del mundo es algo que debe demostrarnos nuestro gobierno. La inteligencia con la que conduzca sus políticas concernientes a la cooperación internacional y a la proyección del país es vital.


    Ahora nos quedamos a la espera que nos entreguen los frutos de esa amistad con el pueblo de Brasil, su gobierno y el líder Luis Inácio Lula Da Silva.
 

Al-kimia Digital

MONSEÑOR ROMERO

MONSEÑOR ROMERO
“No nos pueden entender los que no entienden la trascendencia. Cuando hablamos de la injusticia aquí abajo y la denunciamos, piensan que ya estamos haciendo política. Es en nombre de ese reino justo de Dios que denunciamos las injusticias en la tierra. Y en nombre de aquel premio eterno les decimos a los que todavía trabajan en la tierra: ¡trabajen, pongan al servicio de la patria todo su esfuerzo!”

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