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Museo Nacional de Antropología de El Salvador

Nuevos Tiempos




Vietnam: socialismo y economía de libre mercado


En política la realidad generalmente supera a la doctrina. Los acalorados debates sobre capitalismo y socialismo muy raras veces logran tocar el suelo. Los dos planos de la realidad: el ideal y el concreto tangible expresan la contrariedad que se presenta en los seres humanos cuando deciden emplearse de cara al poder.

El Vietnam que nació luego de la lucha contra la colonización francesa, bajo el liderazgo de Ho Chi Minh, fue llamada República Democrática de Vietnam, un nombre que nos recuerda la filiación a uno de los grandes objetivos del modelo marxista: la revolución democrática burguesa. Pero para el país asiático la lucha más feroz de esa época apenas comenzaba una vez se produjo la división de su territorio por las argucias de los países colonialistas, incluyendo a Estados Unidos. Así nacen, en el preludio de una nueva guerra, dos países con el mismo nombre, distinguidos por el adjetivo geográfico, sur o norte, pero fundamentalmente por el marco que regía la guerra fría: comunismo y capitalismo.

Mientras se producía la guerra en el sur, con las tropas del Frente Nacional de Liberación (Vietcong) y el norte se defendía de los bombardeos, la posibilidad de unificación del territorio y de su gente era un objetivo de los líderes del partido comunista que pasaba por derrotar al ejército de Estados Unidos.




Las negociaciones con EE.UU condujeron a la firma del Acuerdo de París sobre el tema "Poner fin a la guerra y el restablecimiento de la paz" en Vietnam (27 de enero 1973). El Acuerdo de París fue una gran victoria del frente diplomático vietnamita que obligó al ejército de EE.UU. y sus aliados a retirarse de Vietnam, poniendo fin a todas las actividades militares contra el país y el reconocimiento de los derechos fundamentales del pueblo vietnamita. Esto ayudó a crear un ambiente favorable para la Victoria en la primavera de 1975, liberando completamente el sur de Vietnam y la reunificación nacional.

Vietnam derrotó militar y definitivamente al ejército de Estados Unidos en abril de 1975. A partir de ese momento se produjo el proceso de unificación de Vietnam y el nacimiento de la República Socialista de Vietnam.

Las relaciones con el bloque socialista, todavía liderado por la ex Unión Soviética, identificaron a Vietnam con ese bloque, aunque fuera parte orgánica de de los Países no Alineados. Para entonces había pasado a llamarse República Socialista de Vietnam, como sigue siendo a la actualidad.

¿Podrá un país volverse socialista de la noche a la mañana, cuando acaba de salir de una guerra, de un atraso y pobrezas enormes? En el plano económico es muy difícil volverse socialista por mero decreto. Sin embargo, la declaración oficial de una forma de Estado o de gobierno está precedida por un acontecimiento político: la reforma constitucional. Es un paso que permite identificar ante todo objetivos de carácter estratégico.

El liderazgo del partido comunista se ha mantenido presente hasta nuestros días. En la cultura oficial y popular las figuras de Ho Chi Minh tienen un estandarte, pero fundamentalmente la historia milenaria que se arraiga a una comunidad muy antigua. Sin duda alguna, las energías que intervienen en ese país tienen mucho que ver con su historia de lucha.

Vietnam, al igual que todo el bloque socialista sufrió las envestidas ideológicas y políticas que caracterizaron la década de los años 1980s, cuando desapareció la URSS y cayó el muro de Berlín. Lo que hizo posible que su forma de Estado y Gobierno no se fueran a pique, fue la originalidad de su proyecto, que aunque había copiado grandes trazos de otros, se regía por su cultura, algo similar a lo de la experiencia cubana.

Precisamente a mediados de la década mencionada es que se producen los grandes procesos de reforma de los modelos identificados con el socialismo, como el proceso de rectificación iniciado en Cuba.

Todos cometieron errores, pero en la medida en que los cometieron a partir de sus propias experiencias y no las de otros, fue posible salir adelante. Como acuerdo del Partido Comunista de Vietnam, dado en el Congreso Nacional celebrado en diciembre de 1986, Vietnam comenzó su proceso de reformas incluidas las de orden político, diplomáticas y económicas; La Renovación.

El mayor interés de Vietnam en ese momento era "mantener un desarrollo económico sostenible y el medio ambiente con fines pacíficos.” La resolución adoptada por el Partido Comunista de Vietnam (mayo de 1988) produjo un gran avance en las estrategias diplomáticas y políticas vietnamitas. En los siguientes congresos: Séptimo Congreso del Partido (1991), Octavo Congreso del Partido (1996), Noveno Congreso del Partido (2001) y X Congreso del Partido (2006), las estrategias diplomáticas y políticas fueron una versión mejor acabada de la propuesta diplomática que pretendía encarar la realidad del país frente al mundo.

Esa fue la llamada estrategia diplomática de "la autonomía, independencia, paz, cooperación y desarrollo" y las políticas de apertura, multilateralización y diversificación de las relaciones internacionales. Esto tiene una importancia cardinal para la aplicación de la doctrina socialista: Vietnam se abría a las relaciones de comercio con el mundo capitalista. No hay posibilidad de socialismo cuando se está aislado, otra regla de orden primario.

Vietnam normalizó gradualmente sus relaciones sostenibles con las grandes potencias, los países desarrollados (hasta el momento, Vietnam ha establecido relaciones diplomáticas con 172 países, incluyendo todas las grandes potencias, restablecidas las relaciones económicas con 220 mercados extranjeros, y se adhirió a una serie de las organizaciones y foros internacionales como las Naciones Unidas (1977), el Movimiento No Alineado (1976), la Comunidad de Habla Francesa (1986), la ASEAN (1995), la ASEM (1996), y la APEC (1998)).

El objetivo señalado por el mismo partido y gobierno para la época que nos ocupa expresa esa realidad, que ““en el año 2020, Vietnam se haya convertido básicamente en un país de la modernización industrial, poderosa nación y una sociedad equitativa, democrática y civilizada”.



¿Entra en contradicción semejante declaración con los postulados del socialismo clásico? El socialismo no es posible sin desarrollo. Lo que sucede es que el mundo se rige por la reglas de mercado capitalista, una realidad que no cambia por arte de magia ni por los disparates bíblicos y muchos menos por las calenturas propias del fanatismo que poco o nada tienen que ver con la ciencia. Es el caso del proyecto mismo de Hugo Chávez, cuya mayor fuerza está centrada en las posibilidades que se generan en el mercado de los hidrocarburos.

La característica de Vietnam es que sigue dirigida por el partido comunista, en un sistema mixto al que se le llama democracia popular, con un presidente (Nguyen Minh Triet) y un Primer Ministro (Nguyen Tang Dung). Con las reformas implementadas a partir de 1986 se superó la fase de la economía marxista e implementó reformas de libre mercado. Desde entonces hasta la actualidad su economía es la de más rápido crecimiento en el mundo.

¿Puede coexistir el socialismo con el capitalismo en una misma organización de Estado y Gobierno? La pregunta sigue siendo temeraria para los amantes del purismo y de la aplicación de la doctrina. Las realidades en política superan a los postulados. Pero además, si nos atenemos a los estudios de Marx, el socialismo es un hijo natural del capitalismo, no puede crecer ni desarrollarse sin haber tomado de su padre al menos los rasgos genéticos más decisivos: la productividad, relaciones productivas desarrolladas que en el plano concreto significan más democracia e instituciones fuertes.



Creemos que el socialismo es todavía un pequeño embrión que sigue tomando genes de su progenitor, y que más allá de los argumentos que anticipen la muerte del socialismo o su advenimiento total, en países como Vietnam, es imperioso, antes de responder a cualquier otra pregunta, admitir que la complejidad de las relaciones humanas de poder solo pueden ser comprendidas en la medida que entendemos las particularidades de los actores, por eso mismo es inevitable seguir consideran la gran pregunta de la filosofía marxista: ¿Qué es el socialismo?


 

Al-kimia Digital

MONSEÑOR ROMERO

MONSEÑOR ROMERO
“No nos pueden entender los que no entienden la trascendencia. Cuando hablamos de la injusticia aquí abajo y la denunciamos, piensan que ya estamos haciendo política. Es en nombre de ese reino justo de Dios que denunciamos las injusticias en la tierra. Y en nombre de aquel premio eterno les decimos a los que todavía trabajan en la tierra: ¡trabajen, pongan al servicio de la patria todo su esfuerzo!”

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